El Barça redime sus pecados con la goleada al AC Milan

14.03.2013 10:56

Unanimidad en la prensa mundial. Todos los medios han alabado la versión arrolladora del Barcelona frente al Milan para clasificarse con un 4-0 en el Camp Nou a los cuartos de final de las Champions League.

Los jugadores del Barcelona necesitaban una goleada de estas características para redimirse de todos sus pecados. Durante el último mes las dudas habían asaltado ‘Can Barça’. La marcha temporal de Tito Vilanova a Nueva York se producía con el equipo en lo más alto. Sin embargo, su vacío se ha notado en partidos clave, hasta que anoche todo cambió. Ante el Milan los jugadores ganaron por su entrenador como había predicho Piqué antes del pitido inicial. Una victoria dedicada a Tito con un valor incalculable. No por el nivel del conjunto italiano actual, más bien por reencontrar el estilo propio, ese que les ha convertido en una de las apuestas por el fútbol español y mundial.

A día de hoy nadie entrar a discutir la posesión al Barça. Cada 90 minutos se repite una misma estampa: equipo grande, mediano o pequeño atrincherado en su área. Al Chelsea le sonó la flauta en la pasada edición de la Champions en semifinales con esta táctica. Desde entonces, se encuentran con el mismo panorama una y otra vez. Todos permiten triangular al Barça en su propio campo con comodidad, pero cuando se acercan a los aposentos del portero se encuentran demasiadas piernas, obstáculos a diestro y siniestro que dificultan el camino señalado por Guardiola. Hubo conclave interno a lo largo de la semana pasada y el vestuario entero encontró la respuesta en Villa. El Guaje tenía las llaves para salir del entuerto.

Roura le colocó de pivote ante el Milan, atrayendo rivales a su alrededor y facilitando las llegadas de Messi y compañía. El estilo sigue siendo el mismo, pero con una variante. Ante el desgaste del falso nueve se retorna a los orígenes con el asturiano como compañero de ataque de Messi y Pedro.

Frente al Milan en el Camp Nou el Barça realizó transiciones rápidas, algo que no ocurrió en San Siro ni en los dos Clásicos con el Real Madrid. También se recuperó la presión asfixiante por todo el campo. En cuanto se perdía la pelota se salía en manada a bloquear la salida del Milan. Con todos los argumentos de vuelta el Barça es otra vez el de siempre y sus tipos de apuestas no deben cambiar de aquí a final de curso. Un equipo al que en Italia catalogan de marciano y que no tropieza dos veces contra una misma piedra.